Give into your heart’s desires at least once!

I learned long ago how to eat properly. Back home I had a great mentor who took the time in teaching this country girl, table manners. I will be forever grateful.

I learned how to eat amazing and diverse food. From the shak at the beach, the small bar/restaurants at el Yunque Rain Forest to the amazing and more elegant restaurants around the island.

I visited places around and center through windy roads adorned by the must beautiful green vegetation I had ever seeing. The sites along the way are of a small paradise. Beaches with clear blue water and people talking and eating alcapurrias and bacalaitos. Their laughter and smiles are proof that they are having a good time.

I got to also enjoy can can pork chops and even escargot at La Casona in San Juan. I love the island cuisine. I find visiting places in the mainland, that Puerto Ricans have their own touch (season) at cooking different dishes. Just ask anyone if they have found Chinese fried rice in the states with the same flavor as back home?

Now, every once in a while there is nothing more satisfying than eating a snack using your fingers. It simply tastes different ~for me at least! I will rather have pulpo en escabeche but this will do! Enjoy life and make your heart content at the same time!

Thanks to my friend now in heaven, you are gone but never forgotten!

https://m.facebook.com/casacampo.rest/
If you want to visit the country site in San Lorenzo, here is an option. You will find all kind of delicious food. It offers a place you can rent (AirbnB) right beside it!
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Some smiles and some tears

A restaurant owner in my barrio posted a video that transported me to the years I lived back home. He is the owner of a restaurant in the area I grew up. He and some neighbors prepared a caravan with Christmas music, loud horns, and even someone dressed as Santa. They jumped in their cars and went around greeting all the neighbors while wishing them a happy 2021.

The video made me tear up. Every year around the holiday season, I realize how much I miss Puerto Rico. I would have to get used to driving on the narrow roads, but it would be a matter of days. Today has been an especially gloomy day. The sun was not shining, and you could feel the sadness of staying inside the house.

It was not a good day for me; I had no drive and even lacked energy. Friends sent me videos of different activities during the day. I was not feeling like watching until I found this one showing the country roads of the neighborhood where I grew up.

I watched the video and even replayed it. I was trying to recognize the homes. I believe they passed by my father’s house as well. Maybe it was just my imagination because I miss it so much.

The restaurant owner is the grandson of the next-door farm owner. I want to believe he at least went by his grandfather’s house located after ours. The neighbor and his wife, just like my father, are long gone now, of course.

I envy those who stayed or went back home to make a living on my beautiful island. I know it will not happen to me. I made my life and have my husband and kids here, in one of the southern states.

It is great to see how festive is our people. They celebrate the end of a year that was hard for them. Not only Covid-19 was spreading quickly. They are also suffering terrible earthquakes all year. If that wasn’t enough, my fellow Puerto Ricans have not recuperated from hurricane Maria which devastates the island.

Many had to flee the country seeking better opportunities. Many went back as soon as they could. I am happy to see them celebrating in peace and harmony. They find strength because they have each other to overcome any obstacle.

A ti Puerto Rico

Es temprano en la mañana, no se oye ningún ruido ni siquiera de los grillos del país donde vivo. Miro por la ventana y solo veo árboles secos, las hojas de las ramas todas ya se cayeron. La nostalgia invade mi alma mientras pienso en mi patria, mi pueblo, mi barrio y mi gente que despertaron como yo, pero en un suelo diferente.

Yo veo los relatos contundentes donde describen mis paisanos que viven la mejor vida gozándose los cerros, la llanura y las colinas del suelo de los boricuas. Siento un deseo inmenso de viajar y compartir la época Navideña que ya está para venir. Nada se compara con la forma peculiar que se celebra la Navidad en nuestra hermosa patria. En el campo o la ciudad parrandas no faltarán, en las casas de los vecinos se preparan para recibir la multitud con bombos y platillos.

Que no me aqueje la pena, ni la tristeza, tampoco el desconsuelo de no poder estar en el suelo donde crecí y muchos años compartí las tradiciones que a mi tanto me hacen falta. Mi mente vive soñando ver de nuevo el verdor de las lomas y oír el coquí cantar al son de los riachuelos mientras se preparan aguinaldos para en la noche salir a celebrar al compás de la guitarra, el güiro y el cuatro.

Déjame Señor que un día pueda mostrarles a mis hijos y a mis nietos las cuitas que con anhelo abrazan mi alma esta mañana donde hace un frío diferente al de mi pueblo en San Lorenzo. Nadie puede entender lo que se siente estar lejos a menos que también hayas nacido en la cuna bendecida donde nacimos los puertorriqueños.

A ti Puerto Rico te extraño especialmente este año donde me hubiera gustado con mi gente compartir. Aleja de este mundo las razones que nos separan y el virus que se vaya, para que podamos abrazarnos sin miedo a contagiarnos de esta maldita plaga.

I miss you Puerto Rico

Recuerdo la primera vez que viajé a mi país en un crucero. Nunca había visto este lado del Castillo San Felipe del Morro. La verdad es que no visitaba mucho desde que mi padre falleció en 1993 y mi madre vino a vivir conmigo. Esta escena me rompió el corazón, me alejaba nuevamente de mi país. Sentí un profundo dolor. No tener la opción de vivir en mi país es difícil. Extraño disfrutar la época navideña con mi familia y los amigos entre otras cosas. No importa cuánto amo la ciudad, la gente y los lugares bonitos donde vivo actualmente, no puedo olvidar el peculiar verdor de las colinas de mi país. Te amaré por siempre Puerto Rico ♥

I remember the first time I cruised to my country. The truth is that I was not visiting much since my father died in 1993, and my mother came to live with me. I had never seen this side of the El Castillo San Felipe del Morro. This view broke my heart. I was leaving my country again. It hurt me deeply. Not being able to live in my country is hard. I miss spending the holidays with my family and friends, among other things. No matter how much I love the people and the pretty places of the city I live in now, I cannot forget the peculiar greenery of the hills in my country. I will love you forever, Puerto Rico ♥

Recuerdos de mi Isla

Vivimos de los recuerdos lindos que flotan en nuestra mente acerca de la patria, nuestras costumbres y nuestra gente. Es gracioso ver cómo una simple foto de un rancho o una tala de maíz en una página de internet es todo lo que se necesita para que la familia y los vecinos comiencen a compartir sus propios recuerdos. Hoy unos volvieron al barrio después de largos años fuera, otros nos hemos quedado donde nos envió la milicia, la vida o el destino. Todo cambia con el tiempo y aún más cuando has estado alejado sin ser parte de esos cambios. Ya van a ser 31 años desde que dejé mi Isla y es increíble la transformación que ha sufrido. Unas transformaciones son positivas y como es de esperar, otras no lo son. No hablo solo de la infraestructura que por cierto, es increíblemente diferente para mí que no visito a menudo. Todavía no construyen el mentado puente del que todos bromeaban cuando estábamos chicos y lo que según decíamos facilitaría los viajes a casa los fines de semana para los que se habían ido. Yo me fui a los 27 años, tuve la oportunidad de conocer muchas áreas en los pueblos cerca y al otro lado de la Isla, pero hoy me es muy difícil manejar y encontrar las calles y los puentes nuevos que facilitan la transportación.

Mi Isla, Puerto Rico, tiene un verdor que no he encontrado en ninguna otra de las que he visitado en el Caribe. He tenido la oportunidad de estar en varias mientras disfrutaba de algunos cruceros. No si es nostalgia, amor o añoranza por estar en el suelo que me vio nacer lo que hace la diferencia. Al presenciar ese sol caliente y esas montañas hermosas a lo lejos me embriaga una paz y unos deseos inmensos de nunca más separarme de ella.

Si a toda esta belleza de la naturaleza le añades unas alcapurrias en Piñones, lechón asado en Isla Verde, pastelillos de Chapín tanto en Naguabo como en Isabela, y camarones al ajillo en Joyuda, en fin, no terminaría hoy de mencionar tanta delicia.

—¿Cómo te sientes tú? —me pregunto mientras escribo estas letras.

—¿Qué trae a tu memoria tanta hermosura y tanta delicia?

Cambiaron las calles y quizás nos tome un tiempo y hasta un mapa para encontrar nuestro norte, pero jamás para sentirnos en casa en nuestra hermosa patria. Si tienes mi misma suerte tendrás una amiga o amigo que te vaya a buscar al puerto o al aeropuerto y te carreteé por la isla mientras paras por unas horas, unos días o una semana como fue mi última estadía.  Hay cosas que nunca cambian y es el amor incondicional de aquellas viejas amistades con las que creciste, aunque la mayor parte de los vecinos ahora son los niños que crecieron y forjaron sus propias familias.

Cuéntame de donde son tus memorias y cuáles sentimientos se manifiestan en tu corazón al compartir este texto.

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