¡Aún en la ausencia te siento!

Porque solo falta el recuerdo de tu sonrisa y la melodía de una guitarra para saber que eres real. Aunque se oponga el ruido de la vida que va de prisa, y las olas del mar bravío, no deja de latir este corazón mío por aquellas noches de plática que se han plantado como el bambú que no le inmuta el azote del huracán del tiempo.

CARTA ABIERTA A MI MADRE

Mi hermosa madre

Hola, mami:

Aunque estoy escribiéndote a ti madre no puedo comenzar esta carta sin antes agradecer a Dios por su amor y su favor. Cuando el Señor escogió el vientre de una hermosa y excepcional mujer como tú para ser mi madre me prueba lo importante que soy para él desde el principio de mi vida.

Comenzaste tus responsabilidades en la vida a temprana edad y como muchos de nosotros tuviste tu parte de contratiempos. Lo más importante es que nunca te rendiste. Hiciste lo mejor que pudiste con los recursos limitados que poseías cuando tenías poco más de veinte años. Me duele recordar contigo todas las partes duras que viviste. En la memoria veo la imagen de tu rostro cansado por las faenas del día. Tenías la responsabilidad de una familia que heredaste por matrimonio, también a mi hermano y a mí cuando tú misma eras casi una niña. No solo te las arreglas para mantener la casa limpia, la cena lista para la gran familia y los trabajadores agrícolas, te aseguraste de que nos mantuviéramos bien vestidos y con zapatos mientras jugamos para que no nos lastimáramos (bueno, muchos de nosotros lo hicimos de todos modos). Pueden ser cosas pequeñas y lo que se espera de una madre, algunos lo darán por sentado. Eso es triste. Fuimos privilegiados de que te quedaras y no nos dejaras. Era demasiada responsabilidad y muy difícil.

Recuerdo que te arrepentiste de las primeras decisiones erróneas que tomates antes de que llegáramos a esta nueva familia. ¡Cuanto lloraste madre! Sé que hubo controversias a tu llegada. Los más de treinta años al lado de mi padre de crianza antes que partiera a mejor vida dieron testimonio a los que dudaban de tu capacidad para mantener este hogar. Admiro tu fortaleza y tu entrega. Te elogio por no amargarte nunca y por la amistad que cultivaste con los vecinos a quien todos llegamos a amar profundamente. Nunca te escuché quejarte ni difundir rumores. Estoy muy orgullosa de ser tu hija.

Tenemos tantos recuerdos desde la infancia hasta hoy. Sí, tengo la suerte de tenerte todavía en mi vida. Sigues siendo tan hermosa como siempre a los 82 años, mente clara, voluntad fuerte, siempre luciendo elegante y manteniendo tu hogar limpio y ordenado como es tu costumbre.

Entre las cosas que a veces recordamos cuando conversamos están los viajes a la ciudad y tus negociaciones con el dependiente de la tienda, es muy divertido. Puede que yo haya dominado o no ese arte. ¡Debo reír ahora!

La hora del té, era un ritual entre nosotras. Lo extraño todas las noches ahora que vives en otra parte del país. Comparto este ritual con mi nieta y espero que ella lo haga con su hija si Dios le da esa bendición.  Me provoca placer llamarte cuando estoy tomando café y té oigo dar pasos presurosos para hacerte una taza. Hay cosas que todavía podemos compartir pese a la distancia.

Gracias por ayudarme a criar a mi hijo mayor cuando yo estaba muy joven para saber lo que hacía y estaba sola. Tuve la oportunidad de inscribirme en la universidad porque dejaste de trabajar para atender las necesidades del bebé. También viniste corriendo en mi ayuda durante diferentes momentos en mi vida cuando más te necesitaba. Lo aprecio, nunca lo olvidaré madre mía.

Mis hijos crecieron contigo a su lado. Son tan bendecidos como yo. Resultaron excelentes jóvenes que se convirtieron en hombres de bien. Sé que también te debo parte de sus éxitos. Ellos también te aman y aprecian. A través de ti aprendieron lo que es ser un guerrero y conquistar un puesto en la vida. Los dos han tenido una gran carrera y sus propios hijos. El mayor se acaba de retirar. Sé que te hacen sentir orgullosa. Tuvimos éxito en la vida porque tenemos un ejemplo en ti. Nunca retrocedes, aunque la vida te trató duro muchas veces.

Hay tanto que puedo decir, pero, por acortar el tiempo, mencionaré una cosa más. Todavía tengo el crucifijo de oro que me regalaste, símbolo de la fe que compartimos y del Señor al que servimos. ¿Recuerdas haber escuchado esta canción juntas? Publicaré el enlace aquí para que otros la escuchen.

Te amo mami, gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Oro mucho para que todos puedan reconocer y apreciar todo tu esfuerzo y perdonarte por los errores y algunas decisiones que tomaste en la vida. Te faltó ayuda, madurez y simplemente no tuviste otra opción. No somos quienes, para juzgarte, todos hemos cometido errores a lo largo del camino.

Todo es ordenado por Dios, debemos labrar el destino con recursos a veces limitados como te sucedió a ti. Estás perdonada, Él limpió tu vida, eres una nueva criatura, creada a Su imagen. Él te ama tanto que ha preservado tu vida para que puedas ser completamente feliz, realizada, amada, atesorada y apoyada. Hoy no te falta nada, Él te provee toda tus necesidades y tus gustos. Plantaste la semilla y ahora ves los frutos de tu trabajo. Te bendigo con una vida larga y mucha salud para el resto de tus días. Te amo mami. ❤️

Memorias nuestras mom

El Perdón: ¿Cómo puedo sanar mi corazón?

“Cuando me derrumbo, una mejor versión de mí surge de las ruinas”

Anónimo

Quizás hoy te encuentras navegando las aguas violentas e inciertas del rencor y el resentimiento. La falta de perdón es un reflejo directo de ese sentimiento.
 
Es posible vivir una vida llena de ese horrible sentimiento y en ocasiones no lograr desprenderse de él. Muchos hemos sido víctimas de críticas, ofensas y afrentas, puede que hayamos sido nosotros los agresores alguna vez. La diferencia está en cómo podemos justificar fácilmente un lapso de juicio propio, pero no él de los demás.
 
Es importante enfatizar que las palabras groseras, acciones violentas u otro método visible que lastimen no son las únicas herramientas usadas. Una mirada endurecida o un ademán pueden causar el mismo efecto. De igual manera lo hacemos cuando evitamos el contacto prolongado con la persona a quien deseamos herir.
 
No tomamos en cuenta las razones que condujeron al agresor a reaccionar con hostilidad. No estoy defendiendo la violencia o la grosería. Pero en mi vida he aprendido a mirar las situaciones con objetividad antes de juzgar. Evaluar la crianza, y las experiencias de nuestros agresores nos ayudarán a entender como sus vivencias han afectado como se desenvuelven ante la sociedad.

Anteriormente he hablado de los dolores que llevamos en el corazón. Evaluando mis propias luchas aprendí que todos llevamos secretos, dolores y tristezas que moldean nuestro carácter. Al no evaluar las razones a través de los lentes del amor nos será fácil apuntar los errores de otros sin vacilación. Deberíamos aplicar la misericordia. La misma misericordia que extiende el Señor a nosotros cada vez que cometemos un error. Recuerda que no podemos pedir ser perdonados cuando en nuestro corazón no existe el perdón hacia el prójimo. Eso es altivez. ¿Somos acaso mejor que Dios? Sentimos que es humillante perdonar.

Porque Jehová es excelso, y atiendo al humilde, Más al altivo mira de lejos. Salmos 18:6

Si no conoces todos los detalles de la vida de tu agresor, si te es desconocida su niñez, su juventud o el vacío que marcó su vida, no debes juzgarlo con dureza. La palabra de Dios dice que el amor cubre multitud de defectos. Si no ves tus semejantes en esta luz, tus opiniones estarán obscurecidas por tus propios razonamientos, vivencias, creencias, carencias y secretos que aquejan tu corazón.

 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Juan 4:20

Podría decirte que debes darle a tu agresor la oportunidad de defenderse, pero lamentablemente hay secretos del alma que no se comparten fácilmente. Una persona dañada por las circunstancias de su niñez puede vivir una vida llena de errores. Los desatinos, la falta de organización, estabilidad emocional o económica pueden ser un reflejo de nuestra salud espiritual. Es difícil para alguien que ha sido abusado, maltratado, humillado o golpeado físicamente confesar estas heridas. En ocasiones nos es difícil entender nuestras propias acciones o los motivos que nos impulsan a conducirnos de una manera errónea.
 
¿Cuándo debo dar o pedir perdón?
 

A menudo este (break through); la oportunidad, el deseo o la necesidad de perdonar llega tarde. Visualiza tu oportunidad frente al lecho de muerte de aquel que fue importante para ti. Quizás todavía lo es, pero no sabes, no puedes o no quieres limar las asperezas, sacar las espinas y reconciliar los sentimientos que una vez los unieron. Espero que mientras leas estas líneas que te escribo aquí… Si a ti que estás leyendo, llegue a tu corazón el deseo de la reconciliación. No hay casualidades en el Señor, él tiene un propósito en todas las etapas de tu vida. El que hayas decidido leer esta entrada en mi blog, por cualquiera que sea la razón, no es más que una cita divina.

 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1

Quizás este es su tiempo. Puede que ya hayan aprendido lo necesario de esa situación y el día del perdón y la reconciliación ha llegado. ¡Aleluya!

 ¿Cómo llegará el perdón?

 Perdonar es una decisión. Ah sí, suena ilógico. Esto me tomó tiempo entenderlo. No podemos cambiar el corazón, la mente, los sentimientos y las acciones de otros.  La buena nueva es que mientras, podemos enfocarnos en cambiar las nuestras. Da tu primer paso hoy. Resuelve en tu corazón que aquello que te hizo daño ya no tiene control sobre tu vida y tus emociones. Deja ir ese rencor, deposítalo en los hombros de Jesús. Las emociones pueden llevarte a un remolino de malos pensamientos y deterioro de tu salud física. Toma bajo control tus emociones antes que ellas tomen control de ti. No dejes que sea tarde o vivirás una vida llena de remordimientos. El perdonar no te garantiza la reconciliación. Tranquilo(a) eso no está en tus manos. Cree que Dios está trabajando en ese asunto y que en su tiempo Él lo hará todo perfecto.
 
¿Qué hago si yo necesito ser perdonado?

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. Josué 1:9 

No temas, ni titubees. Pide perdón. ¿Sabes algo? No necesitas ser el culpable del malentendido para pedir perdón. En una relación quebrada existen múltiples razones. Puede que las razones que llevaron a esta ruptura son compartidas. No importa. Si en tu corazón está el deseo de la reconciliación debes dar el primer paso. Te aseguro que tu recompensa llegará. Porque Dios es justo, ¡siempre!

Recuerda esto como amonestación y no como intimidación:

¿Él dijo Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues: dura cosa te es dar coses contra el aguijón. Hechos 9:5

¿Cuántas veces te ha llamado el Señor al arrepentimiento? Él usa varios métodos, solo hay que prestar oído. Es muy fácil. Medita en el Señor y deja que hable a tu espíritu. Sabrás que Él te habló cuando las instrucciones son claras y en ellas encuentras paz y sientas gozo. El Señor habla de varias maneras, a través de la palabra, a tu espíritu, mediante un profeta. Este es mi testimonio. Sé que Él habla porque le he oído en diversas formas. No resistas la voz del Espíritu.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Juan 10:27
 

Te deseo que sanen tus heridas, que puedas perdonar y ser perdonado. Que tu vida sea rica y abundante, sobre todo en los menesteres del corazón

Posibilidades

“Que hubiera pasado si” “Letters to Juliet” es una de mis películas favoritas. Esta trama trata sobre una joven aspirante a escritora que visita Verona, Italia para una luna de miel prematura con su prometido Víctor, un cocinero de alta cocina quien pronto abrirá su restaurante. Víctor está más interesado en el queso aciago y las recetas antiguas que pasar tiempo con su novia Sophie disfrutando la ciudad y su belleza. Sophie descubre que miles de “Cartas a Julieta” son dejadas en el patio de Verona. Las cartas suelen ser contestadas por un grupo de damas conocidas como, “las secretarias de Julieta”. Ella encontró accidentalmente una carta del 1957 atrapada dentro de la pared de ladrillo que no había sido contestada. La carta fue escrita por Claire Smith a Lorenzo Bartolinis, su amor que fue truncado en la juventud. Sophie se unió al grupo de las secretarias dándose a la tarea de responder aquella carta que tanto la impresionó.

Adivinaste, Claire viaja inmediatamente a Verona con su nieto para buscar a su amor que había quedado incompleto. Puede que hayas comenzado a pensar en el desenlace. Te arruinaría el final de la historia, así que omitiré esa parte tan interesante. Date la oportunidad de ver la película, no te decepcionará.

Aquí es donde entra en juego el “qué hubiera pasado si”. Todos tenemos esos “qué hubiera pasado si” en nuestras mentes de vez en cuando. “Qué hubiera pasado si” me hubiera casado con ese apuesto y encantador príncipe “Y qué hubiera pasado si” me hubiera quedado en la universidad terminando mi bachillerato. Los “que hubiera pasado si,” pueden ser muchos, y quedarán para siempre sin respuesta. No podemos deshacer la vida. Cualquier suposición sería sólo especulativa. La vida es como el hermoso paisaje que alguien pintó en lo que ahora es un rompecabezas de mil piezas. Cuando le falta una pieza la imagen de esa obra maestra queda incompleta, aunque hayas trabajado para ensamblarla durante horas, días o semanas, según el tiempo te lo haya permitido. Esa obra maestra se verá diferente, pero seguirá siendo hermosa. Ten paciencia y mucha fe. Te prometo que hay un nuevo escenario que puedes pintar en tu propio lienzo.

“Que hubiera pasado si” me hubiera quedado en mi país terminando la carrera. Los “qué hubiera pasado si” viven en nuestro adentro por diversas razones. ¿Cuales son los tuyos?

A menudo sueño con mis años de escuela secundaria. No pude graduarme con mis compañeros, en cambio adquirí el GED. Yo era una estudiante prometedora con altas calificaciones académicas. Joven e ignorante tomé un giro que cambió mi vida. No lo llamaré un giro equivocado. Sólo una decisión prematura que cambió mi propio escenario. ¿Fui yo la que tomo la decisión? ¿O era este giro parte del plan de divino para mí vida? Algún día lo sabré, pero por ahora vivo a menudo pensando como Claire. “Qué hubiera pasado si.”

Claire, una señora mayor, todavía luciendo maravillosa y con una voz dulce, decidió darse la oportunidad de responder al “qué hubiera pasado si” en su vida. Era viuda y podía viajar con su apuesto nieto. Logró contar también con la ayuda de Sophie para su búsqueda. La diferencia entre Claire y nosotros es clara. No estamos viviendo una vida fabricada en Hollywood. Por lo tanto, viviremos con las preguntas sin respuesta, del “qué hubiera pasado si”.

 “Que hubiera pasado si” a menudo me trasladaba a sueños nocturnos de mis años de juventud cuando la vida estaba llena de muchas posibilidades. Ciertamente, esos “que hubiera pasado si” me trajeron en ocasiones tristeza, especialmente en aquellos momentos en que la vida era sobria y desequilibrada. Es inevitable reflexionar sobre las elecciones que tomaste y las consecuencias de esas decisiones, pero no te desesperes, nada dura para siempre y pronto vuelve la alegría. La vida te vuelve a sonreír y el “qué hubiera pasado si” se esfuma al menos por un tiempo. La vida se basa en altibajos y esos ”que hubiera pasado si” son inevitables.

¿Y si mi vida no hubiera tomado ese giro en la escuela secundaria? ¿Y si no hubiera salido de mi país? Esos “que hubiera pasado si”, pudieran ser un poco tristes, pero no cuando puedo ver tanta felicidad frente a mí. ¡Lo logré! Vivo en una hermosa ciudad en una hermosa casa con un buen esposo y tengo una familia increíble, dos hijos adultos, guapos y exitosos y seis hermosos nietos, una carrera de veintiún años, la capacidad y la libertad de escribir dos libros y el privilegio de compartir contigo mis experiencias de vida a través de este blog. Abrazar la vida te permitirá desarrollar nuevas estrategias y metas. Además, te darán el deseo de tratar cosas nuevas, no del “qué hubiera pasado si”, sino del “qué es” lo próximo en tu vida. Van mis deseos de una feliz búsqueda y una exitosa jornada, mis amigos.

¿Qué pasará si compartes tus pensamientos conmigo? Me encantaría leerlos.

Era mi corazón un ala viva y turbia…
un ala pavorosa llena de luz y anhelo.
Era la primavera sobre los campos verdes.
Azul era la altura y era esmeralda el suelo.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera.
Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.
Ella -la que me amaba- cerro sus ojos… tarde.
Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.
Ella -la que me amaba- se murió en primavera…
y se llevó la primavera al cielo.

Pablo Neruda

Amor, fe y paciencia

Fue mejor que no te conocí. Que no te amé en esa época. Te hubiese roto el corazón y nunca estarías tan cerca como lo estás ahora. Porque no confío ni en mí mismo, porque todo lo que toco lo rompo. Porque aún no me pintas como soy, ahora que nunca te decepcioné y pegada a la piedra te mantuviste en espera de lo que somos ahora.

Porque te lo mereces. Por haberme mantenido fuera de tu existencia para que tu lienzo afirme tu misterio y la mística de no haber sido otra ilusión que se desvaneció.

Pasados los años te das cuenta de que hubo amores que no florecieron cuando lo esperabas porque aún no llegaba el otoño o simplemente no era su tiempo. Todos crecimos con un sentimiento dentro de nuestro ser del amor que pudo ser y no fue. De los sueños que quedaron dormidos con el tiempo pero que jamás se desvanecieron. Las cuitas del alma escogen la música que amerita la historia que un día se quedó incompleta pero que jamás le faltó la espera que vivió en el corazón de quien edita las historias de amor, de fe y de paciencia.

Quizás en todos está el recuerdo del gigante dormido que quiere resurgir con el rumor del amor que hace su aparecido al presente de tu vida, aunque sea detrás de una cámara, escondido o en el mundo de las redes del destino. En ti crece la expectativa de conocer qué fue de su vida, sus propios sueños o los que una vez compartieron.

La vida suele darnos la oportunidad de entender si aquel amor debió haber sido o las razones del por qué no fue. Después de enterarnos de los pormenores y los sinsabores que pasaron en la vida de los que vivieron en nuestra mente podremos entender lo que una vez nos dolió a muchos y, a otros nos rompió el corazón. Pensamos en aquel entonces que perdimos la oportunidad del amor perfecto, pero pronto despertamos a la realidad que atesoramos en nuestra mente como la fantasía de un cuento.

Aprende de las lecciones reveladas en este tiempo, que todos los mortales somos imperfectos. Aquello que pudo ser y no fue tenía razones escondidas y que aquel momento de dolor te libró de despertar antes de tiempo a una cruda realidad de vida.

Cuando medites en sus historias y sus tristezas que ahora compartió contigo entenderás que aquello no fue más que una ilusión de esas que nos cautiva, pero no una realidad. Que no eres única en desdichas y sin sabores con momentos de alegría y dicha como le suele pasar a la mayor parte de los que conoces, aunque solo sea de oídas. Es la realidad y no hay manera de evitarla, no hay caminos cortos o sin abrojos que te lastimen los pies mientras das tus pasos por la vida. Por eso anímate y no desmayes que el sol sale para todos, aunque en las mañanas solo veas neblina.

Agárrate de la oportunidad de compartir tus sentimientos y las vivencias de los caminos paralelos que al fin encontraron un atajo que los llevó al reencuentro. Comparte la alegría y las tristezas que vivieron si el tiempo lo amerita, siendo prudente o conducente a una amistad que puede continuar por largo tiempo si el destino así lo quiere. Puede ser, quien sabe, la oportunidad que te regaló la vida para que revivas el amor que hasta entonces solo fue un ensueño. Quizás ese atajo lo dibujó el destino para que puedas cerrar ese capítulo de tu vida antes de que aquel te puede aclarar los hechos vuele fuera de esta vida hasta la eternidad que es una realidad para todos.


Da gracias por la oportunidad de sanar cualquier herida que no cicatrizó porque tu mente estaba confundida. Ella necesitaba el punto final que le dio aquella conversación al otro lado del auricular o en la pantalla que torna en claridad la confusión que dejó en tu mente la partida de aquella desdicha de amor.

Recuerdo haber leído en algún lugar este pensamiento: el amor que se libra del olvido es el amor que quedó insatisfecho.

¿Alguna vez enviaste o recibiste un mensaje tan profundo como este que te dejé de entrada?

Déjame una reseña de tu experiencia.

About me

I have the desire to share stories. I believe that not sharing experiences in love, family, or business was a waste of years of knowledge and preparation. The moment is finally here. I found someone to encourage me and, I got started. Everything has its own perfect time. Come share with me your experiences. We can learn from each other. I will consider you as one of my good friends.